Las empresas que logran un buen ajuste cultural o “cultural fit” tienen un 30% menos de rotación y un 22% más de productividad que aquellas que no priorizan este factor, según un reciente estudio de la Universidad de Harvard.
¿Pero qué significa el “ajuste cultural”? Es la idea de seleccionar candidatos cuyos valores, creencias y comportamientos se alineen con los de la organización para ayudar a mantener su cultura, además contribuye a reducir el periodo de adaptación de la persona a la compañía.
Aunque es un criterio que puede parecer razonable, es importante evitar la ambigüedad y los prejuicios inconscientes, ya que puede estar influenciado por los propios valores de los tomadores de decisiones más que por la cultura organizacional.
Por eso, es clave promover decisiones basadas en las competencias técnicas, considerando las habilidades que contribuyen al alto rendimiento de los equipos y centradas en sus necesidades culturales, para identificar los atributos únicos que aportan los candidatos a la organización.
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