En los últimos años, la forma en que las empresas gestionan la retroalimentación ha evolucionado significativamente, buscando no sólo mejorar el rendimiento individual de manera continua, sino también fortalecer las relaciones laborales y fomentar la innovación.
Camila Montedónico, Partner y Directora de Capacitación, describe en este artículo cómo hacer de la retroalimentación un espacio útil (y emocionalmente inteligente).