Escrito por Claudia Montedónico, Periodista y Directora de Comunicaciones en HR Burô

En los últimos días, el debate en torno a la inteligencia artificial se ha intensificado a raíz de dos hechos clave: un informe del MIT que reveló que el 95% de los proyectos de IA generativa en empresas no genera un impacto medible en la rentabilidad, y las declaraciones de Sam Altman, CEO de OpenAI, quien advirtió que estamos viviendo una burbuja de la IA, con expectativas infladas que recuerdan a la burbuja puntocom.

Lejos de ser un signo de fracaso, ambos hitos ponen de relieve una verdad esencial: el éxito de la IA no depende de la herramienta, sino de cómo se implementa. El informe del MIT apunta a tres fallas fundamentales: la incapacidad de aprender continuamente, la falta de adaptación al contexto y una implementación sin visión clara.

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